Mastitis:
Enfermedad y Transmisión
¿Qué es la
Mastitis?
La mastitis, o la
inflamación de la glándula mamaria, es la enfermedad más común
y costosa del ganado lechero en la mayor parte del mundo. A
pesar del estrés y las lesiones físicas se puede causar la
inflamación de la glándula, la infección por bacterias
invasoras u otros microorganismos (hongos y virus) son las
principales causas de mastitis.
Mastitis clínica y subclínica
En los casos de mastitis clínica,
el cuarto infectado en general se inflama, en algunas vacas se
encuentra dolorido al tocarlo, la leche se encuentra
visiblemente alterada por la presencia de coágulos,
descamaciones, o suero descolorido y algunas veces sangre. En
casos más severos (mastitis aguda), la vaca muestra signos
generalizados: fiebre, pulso acelerado, pérdida de apetito,
reducción aguda de la producción de leche.
En contraste, la mastitis subclínica
es sutil y más difícil de corregir. La vaca parece saludable,
la ubre no muestra ningún signo de inflamación y la leche
parece normal. A pesar de ello, los microorganismos y células
blancas de la leche (células somáticas) que combaten las
infecciones se encuentran elevadas en gran número en la leche.
Las pérdidas de leche y de
ganancias debido a las mastitis clínicas son obvias, la
producción de leche cae en forma abrupta y la leche de las
vacas tratadas con antibióticos debe ser descartada durante
tres o cuatro días. Además, mucho más leche se pierde debido
a mastitis subclínicas debido a que:
- La gran mayoría de los casos
son subclínicos (en promedio, por cada caso clínico, existen
de 20 a 40 subclínicos);
- La reducción en la producción
de leche debido a mastitis subclínica tiende a persistir por un
largo período de tiempo y afecta la producción de las vacas
infectadas.
- El control de las mastitis subclínicas
es más importante que el simple tratamiento de los casos clínicos
ya que:
- Las vacas que poseen casos
subclínicos son reservorios de organismos que conducen a
infecciones de otras vacas;
- La mayor parte de los casos clínicos
comienzan como subclínicos; por lo tanto, el controlar los
casos de mastitis subclínica es la mejor forma de reducir los
casos clínicos.
El impacto de la mastitis va
junto con la leche, más allá de las puertas de la explotación
lechera. Los cambios en la composición de la leche (reducción
de calcio, fósforo, proteína y grasa, e incrementos de cloro y
sodio) reducen su calidad. Además, los antibióticos utilizados
en el tratamiento de la mastitis son una preocupación
industrial y de salud pública importante.
La presencia de residuos de
antibióticos en la leche interfiere con el proceso de fabricación
de muchos productos lácteos (quesos y otros productos
fermentados). Los sabores indeseables reducen el valor de los
productos lácteos y la presencia de bajos niveles de antibióticos
puede causar problemas de salud a los consumidores.
Desarrollo de la enfermedad
Las infecciones
comienzan cuando los microorganismos penetran el canal del pezón
y se multiplican en la glándula mamaria.
Invasión del pezón
El pezón en sí el la primera línea
de defensa contra la penetración de bacteria dentro de la ubre.
Normalmente, el esfínter cierra el canal del pezón fuertemente
cuando la vaca no es ordeñada.
La invasión del pezón se
presenta generalmente durante el ordeño. Los organismos
presentes en la leche o en la punta del pezón son impulsados
dentros del canal del pezón y de la cisterna cuando existe la
entrada indeseable de aire en la unidad de ordeño
(desprendimiento o pérdidas de la unidad o remoción de la
pezonera sin haber antes cerrado el vacío).
Luego del ordeño, el canal del pezón permanece dilatado por
una o dos horas e inclusive, el canal del pezón dañado puede
permanecer parcialmente o permanentemente abierto. Los
organismos del ambiente (materia fecal, cama, etc.) o aquellos
que se encuentran en lesiones de la piel en la punta del pezón,
pueden invadir fácilmente y abrir total o parcialmente el
canal.
Figura 1: Desarrollo de
la mastitis y de la defensa de la vaca contra la infección
Establecimiento de la infección
e inflamación del área dañada
Algunas bacterias pueden avanzar
dentro de la ubre atacando y colonizando nuevos tejidos; otras
pueden moverse por medio de la corriente de leche producida por
el movimiento de la vaca. Las bacterias dañan primero los
tejidos que recubren los grandes tubos colectores de
leche.
Las bacterias pueden enfrentarse
con leucocitos (células blancas de la leche) presentes
naturalmente en bajas cantidades en la leche. Estas células son
la segunda barrera de defensa debido a que pueden englobar y
destruir a las bacterias. Aún así, durante este proceso, los
leucocitos liberan substancias que atraen a más leucocitos
desde el torrente circulatorio hacia la leche.
Si las bacterias no son
totalmente destruidas, pueden continuar multiplicándose y
comenzar a invadir los pequeños conductos y áreas alveolares
(Figura 1A). Las células secretoras de leche que son dañadas
por las toxinas, liberan substancias irritantes que conducen a
un incremento en la permeabilidad de los vasos sanguíneos
(Figura 1B). Leucocitos adicionales se mueven al lugar de la
infección. Ellos penetran el tejido alveolar en gran medida
moviéndose entre el tejido secretor de leche dañado (Figura
1C).
Fluidos, minerales y factores de
coagulación también se mueven dentro del área infectada. La
leche coagulada también puede cerrar conductos y, en efecto,
aislar las regiones infectadas.
Destrucción del tejido alveolar
Algunas veces los microorganismos
son eliminados rápidamente y la infección se aclara. En este
caso, los conductos tapados se abren y la composición y
producción de leche retorna a la normal en varios días. Aún
así, a medida que la infección persiste y los conductos se
mantienen tapados, la leche encerrada hace que las células
secretoras pasen a una etapa de descanso (sin producir) y el alvéolo
comienza a reducir su tamaño (Figura 1D).
Las substancias liberadas por los
leucocitos conducen a una destrucción completa de las
estructuras alveolares, que son reemplazadas por tejido
conectivo y cicatriza (Figura 1E y F). La destrucción del
tejido secretor de leche es, en efecto, la tercera línea de
defensa de la vaca para mantener a la infección bajo control.
Por lo tanto a medida que la
enfermedad progresa el número de células somáticas en la
leche se eleva y se asocia con una reducción (permanente) en la
producción de leche.
Transmisión de la Mastitis
En un intento por
controlar los diferentes tipos de infecciones, es importante
considerar la fuente y formas de transmisión de la enfermedad.
Los organismos que causan la mastitis viven en diferentes
ambientes (materia fecal, cama, piel, etc.). La limpieza general
de las vacas y su alojamiento, como también buenos
procedimientos de manejo (especialmente ordeño) son formas
efectivas de controlar la difusión de la mastitis.

Figura 2: Tres de las
principales rutas de transmisión bacteriana durante el ordeño
Streptococcus agalactiae
El Streptococcus agalactiae es la
causa más común de infecciones subclínicas pero muy rara vez
produce una severa enfermedad (mastitis aguda). Este organismo
vive en la ubre de la vaca y sobrevive solamente un corto período
de tiempo por fuera de la glándula mamaria. Se disemina
principalmente durante el ordeño por medio de la máquina de
ordeño, las manos contaminadas del operador, materiales (tela)
utilizados para lavar la ubre (Figura 2).
Este organismo puede infectar
también la ubre de una ternera joven si ha sido alimentada con
leche contaminada. La infección permanece en forma indefinida
en la glándula mamaria de la novilla. EL Streptococcus
agalactiae puede ser erradicado del hato con un tratamiento
apropiado combinado con buenas prácticas de manejo. Aún así,
se puede llegar a diseminar fácilmente en el hato luego de la
compra de un animal infectado.
Staphylococcus aureus
El Staphylococcus aureus vive
dentro o fuera de la ubre, en la piel del pezón y puede causar
tanto mastitis clínica como subclínica. Generalmente se
disemina de la misma forma que el Streptococcus agalactiae
(Figura 2). La infección tiende a producir cicatrices, que
resultan en sacos de infección encerradas en la ubre que son
difíciles de alcanzar por los antibióticos. Tales sacos pueden
romperse y abrirse a otras partes de la glándula más tarde.
Tabla 1: Fuentes más comunes (de
la de mayor a menor prevalencia) y formas de diseminación de
las bacterias más comunes productoras de mastitis.
Tipo de bacteria
|
Porcentaje
de todas las infecciones
|
Causa
primaria
|
Principales formas de
difusión
|
Streptococcus
agalactiae
|
>
40%
|
Ubre infectada
|
De cuarto a cuarto; vaca
a vaca durante el ordeño1
|
Staphylococcus
aureus
|
30
- 40%
|
Ubre infectada, pezón
lesionado
|
De
cuarto a cuarto, vaca a vaca durante el ordeño1
|
Streptococo
ambiental2
|
5
- 10%
|
Cama, materiafecal
|
Medio
ambiente de la vaca
|
Coliformes3
|
<
1%
|
Materia
fecal
|
Medio
ambiente de la vaca
|
1 Ver Figura 2 para más
detalles
2 Streptococcus uberis
y Streptococcus dysgalactiae
3 Eschirichia coli,
Enterobacter aerogenes, Klebsiellia pneumoniae
Streptococcus uberis y
Streptococcus dysgalactiae
Estos organismos se encuentran en
la cama (especialmente camas orgánicas: paja, aserrín, etc.),
aguas estancadas y tierra. Pueden encontrarse también en la
piel de la vaca (pezón y abdomen) y en los órganos
reproductores. Estos organismos son generalmente transferidos
desde el medio ambiente al pezón entre los ordeños, pero
algunas transferencias pueden tener lugar durante el ordeño.
Estos organismos no pueden ser
eliminados del hato debido a que son parte normal del medio
ambiente. El grado de infección de estas bacterias tiende a
incrementarse cuando las condiciones favorecen su crecimiento,
por ejemplo, durante los meses húmedos del año. El
Streptococcus uberis y Streptococcus dysgalactiae son
responsables también por la mayoría de las mastitis que se
presentan ya sea al comienzo o al final del período de
seca.
Además de estas dos especies de
bacterias, existen muchos otros estreptococos ambientales (Strep.
bovis, Strep fecalis) que pueden causar mastitis.
Bacterias coliformes
Las bacterias coliformes son
habitantes normales del suelo e intestino de las vacas. Se
acumulan y multiplican en la materia fecal y en la cama. Los
coliformes pueden causar mastitis solamente si las partículas
contaminadas del medio ambiente entran en contacto con la
ubre.
A diferencia de las bacterias
descritas previamente, los coliformes no se adhieren a los
conductos y al alvéolo de la ubre, en lugar se multiplican rápidamente
en la leche y producen toxinas que son absorbidas dentro del
torrente circulatorio. Como resultado, las infecciones por
coliformes conducen a mastitis clínicas agudas.
La temperatura corporal de la
vaca puede elevarse a 40ºC y el cuarto infectado se inflamará
y se volverá sensible al tacto. Los mecanismos de defensa de la
vaca pueden eliminar las bacterias de la ubre, pero las toxinas
permanecen y la vaca puede llegar a morir.
Las vacas libres de otras
bacterias causantes de mastitis (Streptococcus agalactiae y
Streptococcus aureus) parecen ser más susceptibles a las
bacterias coliformes.
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