Seguros agrícolas en España
La agricultura
española en la economía nacional
La economía española
alcanzó en 1997 un PBI 532.034 millones de dólares, dentro de los cuales un 3%
fue aportado por el sector agropecuario, éste ocupa una población económicamente
activa de 1.397 mil personas que representa el 8,1% de la población económicamente
activa total y origina el 26% de los intercambios totales de mercancías con el
exterior.
El territorio se
extiende sobre 50,6 millones de hectáreas, cuyo aprovechamiento agrario ha
estado históricamente condicionada a una serie de factores climáticos,
principalmente a la escasez e irregularidad de las precipitaciones, a la gran
variabilidad estacional de las temperaturas y a la elevada insolación. La
superficie cultivada ocupa algo más de 20 millones de hectáreas.
Las variadas
condiciones edáficas, climáticas y socioeconómicas, determinan una notable
diversificación productiva que se refleja en las explotaciones mixtas, donde no
se identifica una orientación productiva predominante.
Es de
considerable importancia relativa el regadío, se calcula alrededor de 3,6
millones hectáreas irrigadas dedicadas a producción intensiva.
La actividad
agraria se realiza en España en más de 2 millones de unidades económicas
polarizadas en una gran cantidad de explotaciones pequeñas, casi las dos
terceras partes de las explotaciones tienen menos de 5 hectáreas, que aportan
menos del 10% de los resultados globales de la agricultura. En el otro extremo
se encuentran las explotaciones de 60 o más hectáreas que constituyen solo el
0,7% del número total de explotaciones agrarias y aportan más del 20% de los
resultados de la actividad agrícola española.
La producción
agrícola
La producción
agrícola constituye el 82 % de la Producción Final Agraria. En la misma se
obtienen productos propios de climas templados: cereales, papas, cultivos
industriales, etc., productos mediterráneos típicos: viñedos, olivares, cítricos,
hortalizas, etc., hasta productos tropicales: caña de azúcar, plátanos etc.
Las limitaciones
naturales de la producción agrícola se derivan de factores climáticos, dentro
de los cuales tienen influencia determinada el régimen de temperaturas (con el
riesgo de heladas primaverales) y el de precipitaciones (con períodos de sequía
a veces prolongados). Estas variaciones climáticas determinan notables
variaciones interanuales en el volumen de las cosechas y explican la importancia
del sistema de regadío en España.
La producción
hortifrutícola representa la actividad más importante, aportando algo más del
40% de la producción agrícola, con una gran diversidad de productos entre los
más importantes se encuentran: tomates, pimientos, cebollas, melocotones,
naranjas, mandarinas, limones, manzanas.
España es el
cuarto productor de cítricos a nivel mundial, con un porcentaje del 4,7% del la
producción mundial. La producción de alcauciles representa el 22,5% con
respecto a la mundial, la de legumbres secas el 6%, y la de pimientos y tomates
el 5% cada una de ellas.
La producción de
cereales le sigue en importancia con el 40% de la producción total agrícola,
el resultado se debe a la gran producción de cebada y trigo.
Las producciones
vitivinícolas y del olivar están notablemente influenciadas por las
condiciones climáticas adversas, heladas primaverales, sequías, y en el caso
del viñedo por las restrictivas regulaciones de la Organización Común de
Mercado de la Unión Europea. La primera de ellas representa el 8,4% de la
producción mundial. Mientras que la producción de aceitunas y de aceite de
oliva representan el 26% y el 33% respectivamente con respecto a la producción
mundial.
La producción
ganadera
La actividad
ganadera aporta algo más del 18% de la Producción Final Agropecuaria. El
desarrollo de la actividad ha tenido un cierto carácter dual, impuesto por las
condiciones climáticas y por la evolución de la demanda.
Por un lado, el régimen
de precipitaciones limita notablemente la cantidad y calidad de las pasturas,
esto constituye un freno a la expansión de las especies rumiantes,
fundamentalmente del bovino. Por otro lado, las presiones de demanda han
determinado un notable desarrollo de las actividades no ligadas a la tierra
(fundamentalmente la explotación de porcinos y aves).
De la producción
de carne, la de cerdo constituye la actividad principal.
En relación a la
producción mundial, se destaca la producción de leche de oveja y de cabra, que
representan el 4% y 3% respectivamente, mientras que la carne de corderos y
cerdos representan el 3%.
El comercio
exterior
Las exportaciones
agropecuarias representan el 15% de las exportaciones totales españolas, en
tanto las importaciones del sector equivalen a un 10,3% de las importaciones
totales.
El saldo de la
balanza comercial del sector tuvo en el año 1997 signo positivo y alcanzó un
valor de 3.260 millones de dólares.
Las importaciones
se centran en productos de pesca, leche y productos lácteos, café, té y
cacao, tabaco, cereales, productos para alimentación animal y productos
forestales. Mientras las exportaciones se encuentran focalizadas en frutas (es
el primer país exportador de cítricos a nivel mundial), hortalizas, aceites y
vinos.
Los países
europeos occidentales (pertenecientes a la UE), son los principales en el
intercambio con España, y en menor medida se encuentran EEUU, algunos países
sudamericanos como Argentina y
Brasil.
Reseña
histórica
Luego del fracaso
de la Ley de seguros agrícolas del 3 de diciembre de 1953, se incorporaron los
seguros agrarios al proceso de negociación del Pacto de la Moncloa (Octubre de
1977).
Las distintas
fuerzas que intervinieron en dicho pacto eligieron a los seguros agrarios como
el instrumento más adecuado para hacer frente a "las consecuencias
derivadas de acontecimientos catastróficos". En esa oportunidad se definió
la posición entre "seguros o ayudas directas" ante daños de
naturaleza catastrófica, que fue el objeto de controversia desde principio de
siglo. Dejando la ayuda directa solo para casos de catástrofes muy puntuales.
Basado en este
acuerdo se aprobó la Ley 87/78 de Seguros Agrarios Combinados, actualmente en
vigencia.
Las condiciones
que favorecieron la implementación fueron:
- la subvención
del estado: Esto provocó el abaratamiento del seguro agrícola que se hizo más
accesible, aumentando el número de pólizas y disminuyendo los riesgos por
diversificación del mismo.
- la delimitación
clara de la competencia: Se definieron las competencias de los diferentes
organismos que participan del seguro.
- las
atribuciones de las funciones: fueron asignadas en relación a los conocimientos
específicos de cada uno de los organismos que intervienen.
- el
aprovechamiento de la experiencia anterior: especialmente la del Seguro Nacional
de Cereales.
En el año 1987
se produce la situación más difícil, llegándose incluso a cuestionarse la
continuidad del propio sistema. Dicha situación, se desencadenó como
consecuencia de los resultados económicos desfavorables que se venían
obteniendo, especialmente a partir de la inclusión en el año 1983 del Seguro
Integral de Cereales de Invierno (SICI). La siniestralidad para este tipo de
seguro fue en los 7 años anteriores del 350%, para el resto de las líneas este
guarismo alcanzó el 148%, siendo la siniestralidad total del sistema de 186%.
Los malos
resultados fueron producto de la sequía en los primeros años de la década del
80, y por la existencia de imperfecciones en la definición de algunas de las
condiciones aplicables al Seguro Integral de Cereales. Ambos factores originaron
siniestralidades, en alguno de los años intermedios del período de hasta 961
%. La salida de la crisis se logró con la aplicación de las propuestas del
trabajo realizado por la "Comisión de trabajo para la elaboración del
Plan de Seguros Agrarios Combinados para los ejercicios 1988 y sucesivos".
Ellas fueron:
-
la
estabilización del sistema: mediante la vigencia por tres años de un Plan
de Seguros, de coseguro y del sistema de reaseguro.
-
la
clasificación de las líneas de seguro: en viables y experimentales, para
cada uno de los cuales se establecían sistemas de reaseguro diferentes.
-
la mejora y
revisión del funcionamiento del sistema: Se proponían diversas normas para
la mejora del sistema en los campos: simplificación de las condiciones de
aseguramiento, elaboración de normas de peritación, revisión de los períodos
de subscripción y garantía, profundización en el desarrollo de las
condiciones técnicas mínimas del cultivo.
-
el fomento
del nivel de aseguramiento: Se plantearon diversas medidas entre ellas la
delimitación de los seguros colectivos que debían ser especialmente
subvencionados y el ajuste de las subvenciones para evitar la subdivisión
de las explotaciones .La subvención adicional por la contratación
colectiva varía entre el 4 y el 5 %.
Las medidas
propuestas fueron desarrolladas posteriormente en los Planes anuales a partir de
1988, propiciando un importante crecimiento en el desarrollo de los seguros.
Situación
actual y tamaño del mercado
En 1998 el monto
de primas de seguro agrario llegó a 323 millones de euro, mientras que los
valores asegurados en dicho año representaron el 30% de la producción de los
cultivos .
El rol del
gobierno en el sistema de seguros español es fundamental en su desarrollo, los
subsidios gubernamentales promedian un 53% de los cuales 40/45% corresponden al
gobierno central y un 10/15% a los gobiernos provinciales.
El desarrollo de
los seguros ha sido notorio, 1998 supera al año 1996 con 272 millones de primas
netas, que fue récord desde la implantación del Seguro Agrario Combinado y ya
superior en un 30,5% al del año 1995.
El programa de
seguros de cultivos actualmente cubre 289 cultivos y provee 2 formas de
cobertura primaria: seguro de producción garantizada y seguro de pérdida de
producción. Los riesgos cubiertos dependen del cultivo y del tipo de cobertura
en cuestión. La cobertura más completa la tiene el llamado seguro integral, el
cuál sólo es otorgado para cultivos de invierno y oleaginosas, los vinos de
Rioja y Lanzarote, las cebollas de Lanzarote y comprende heladas, granizo,
inundaciones, sequía enfermedades y plagas.
El alcance de las
coberturas para otros cultivos es limitado y usualmente comprende heladas.
tormentas, granizo e inundaciones. Para cultivos especiales como frutillas,
tabaco, vid la cobertura también incluye daños por lluvias.
La suma asegurada
está compuesta por la producción asegurable y el precio es anualmente
determinado por el gobierno. La producción asegurada bajo seguro de riesgo
integral está limitada por niveles específicos que difieren según las
regiones. Al igual que otras coberturas, el seguro es opcional pero con ciertos
límites establecidos.
La cantidad
asegurada bajo el seguro integral es del 65% de la producción asegurable bajo
un seguro multirriesgo. Para el seguro de granizo la cantidad asegurada es el
100% y para otros riesgos es el 80% de la suma asegurada. Lo que se deduce
depende del riesgo y normalmente es del 30% del total de la suma asegurada para
el caso de tornado y de inundaciones y dependiendo de la zona, un 10,20 o 30%
del total de la suma asegurada para heladas. Una franquicia del 10% y un
deducible del mismo porcentaje se aplican para seguros de granizo.
Las líneas de
seguro de mejor desempeño, en cuanto al incremento del volumen de primas netas
periodificadas han sido:
-
Seguro
Integral de Cereales de Invierno en Secano (SICI)
-
Seguro
Combinado de Uva de Vino
-
Seguro
Combinado de cereales
El SICI contempla
el seguro de todas las explotaciones de cereales de invierno (trigo, avena,
cebada y centeno), siempre que el destino sea la obtención de grano y sean
cultivadas en secano. El seguro cubre la pérdida de la producción a causa de
cualquier factor que obedezca a fenómenos que no puedan ser normalmente
controlados por el agricultor, inclusive granizo e incendios.
El capital
asegurado se fija en el 100 % para el caso de granizo y del 65 % para el resto.
La subvención del mismo puede llegar al 44 % (25 % subvención base, 5 % de
subvención por contratación colectiva y del 14 % por subvención adicional) en
1997.
El seguro
combinado de uva para vinificar cubre los daños producidos en volumen de
producción por los riesgos de heladas, granizo y viento huracanado sobre las
diferentes variedades de vid destinadas a la vinificación. Para la variedad
Bobal se incluye además la garantía contra daños originados por la marchites
fisiológica. El capital asegurado se fija en el 100 % para el caso de granizo y
el 80 % para el resto. La subvención del mismo puede llegar al 44 % (25 % s.
base, 5 % por s. por contratación colectiva y del 14 % por s. adicional) en
1997.
El seguro
combinado de cereales se comporta diferente para los cereales de invierno que
para los de primavera (maíz y sorgo). Para los cereales de invierno pueden
asegurarse los daños producidos por granizo e incendios, exclusivamente en
cantidad. El seguro para cereales de primavera cubre los daños en cantidad
ocasionados por granizo, incendio y viento huracanado. El porcentaje máximo de
subvención es del 20 %, salvo para los cereales de primavera que es del 34 %.
Características
y coberturas del sistema de seguros
Cualquier entidad
aseguradora nacional o extranjera puede ofrecer cobertura agropecuaria mediante
su incorporación a un pool de coseguro que reparte los riesgos
proporcionalmente entre todos los asociados. Actualmente son 61 las compañías
miembros del pool. Paralelamente está constituida la Agrupación Española de
Entidades Aseguradoras de los Seguros Agrarios Combinados S.A. (AGROSEGURO SA)
siendo una sociedad propia del sector privado que presta sus servicios estadísticos
y de gestión a las sociedades integradas en el pool.
La comercialización
la realiza cada una de las entidades aseguradoras que compite en la venta con el
resto de las entidades.
En la actualidad
participan en el cuadro de coseguro conjuntamente con el pool, el Consorcio de
Compensación de Seguros, Sociedad Estatal Aseguradora.
Las pólizas y
las tarifas de primas son elaboradas por AGROSEGURO y remitidas a los
coaseguradores privados que suscriben los contratos de seguros.
La liquidación
de los siniestros la efectúa AGROSEGURO, que previamente ha recibido las
declaraciones de siniestro.
La suscripción
del seguro es voluntaria por parte de los productores.
El reaseguro del
sistema español de seguro agrícola está provisto por el Gobierno a través
del consorcio de compensación y una parte de la retención de Agroseguro es
reasegurado en el mercado internacional de reaseguro. El reaseguro a través del
Consorcio está dividido en líneas experimentales y líneas viables. Esta última
comprenden a todos los cultivos y coberturas cuyos seguros se basan en
experiencia técnica, en tanto las líneas experimentales suponen coberturas
altamente expuestas y cultivos riesgosos, están amparadas por el sistema de
detención de pérdidas del gobierno.
Subvenciones y
costo del reaseguro
El esfuerzo
presupuestario realizado por el Ministerio de Agricultura para la puesta en
marcha del sistema de seguros, se pone de manifiesto al considerar las
subvenciones otorgadas desde 1980, constituyen en promedio el 45 % del valor de
las primas.
El sistema de
reaseguros es provisto por el Consorcio de Compensación. Durante el período de
10 años (1988-1997) el monto de subsidios a las primas fue de 1.024 millones de
euro y 129 millones euro en subsidios del gobierno pagados a través del
reaseguro. Se contratan con el reaseguro internacional un contrato stop-loss por
la parte no cubierta por el consorcio.
Programas
contra catástrofes
Los daños
causados por siniestros que sean considerados por el Gobierno como "Catástrofe
ó Calamidad Nacional" quedan excluidos de la cobertura de los seguros agrícolas.
En los últimos años
el Gobierno ha adoptado, en determinadas ocasiones, medidas urgentes para la
reparación de daños causados por lluvias torrenciales e inundaciones, lo cual
ha permitido indemnizar a los agricultores que teniendo suscrito algún seguro
agrícola no tenían amparados dichos riesgos. La ejecución de las mismas
estuvo a cargo del Consorcio de Compensación de Seguros.
En este marco, únicamente
se han otorgado ayudas a los agricultores asegurados que, no estando
garantizados contra riesgos de lluvias torrenciales e inundación, han sufrido
daños por dichas causas.
Fuente: SAGPyA (Oficina de riesgos climáticos)