Hormonas de la
reproducción
Preñez
Tan temprano como
a los 12 días de edad, los embriones comienzan a segregar estrógeno.
Esto previene la regresión del cuerpo lúteo, que produce la
progesterona que mantiene la preñez. Entre los 14 y los 24 días
después de la fertilización, el embrión se adhiere a la pared
uterina.
Este es un período
de alto riesgo, lo que se refleja en términos de mortalidad
embrionaria. Los niveles de progesterona circulante parecen ser
importantes en esta temprana fase de la preñez.
Los embriones
crecen, y a los 30-35 días de edad empiezan a formar cartílago
y hueso; se transforman entonces en fetos. Para el día 70, los
lechones ya pesan entre 150 y 200 gramos y la placenta deja de
crecer.
En este momento
la placenta comienza a segregar estrógeno, que inicia el
desarrollo del tejido mamario, listo para iniciar la lactancia.
La mayor parte del crecimiento fetal ocurre durante los últimos
30 días. El peso del feto se duplica en los últimos 15 días
de preñez.
Implicaciones
prácticas
1. Tasas de alimentación
postservicio. Un bajo consumo de alimento, de 1,8 a 2,5 kg/día,
según sea el tamaño y condición de la cerda y la temperatura
ambiental, favorece la sobrevivencia del embrión, pues se
piensa que existe una relación inversa entre la nutrición y el
nivel de progesterona.
Este régimen de
alimentación se practica normalmente durante 3 semanas,
comenzando después del servicio. Informaciones más recientes
sugieren que, aunque es importante comenzar la restricción el día
siguiente al servicio, la duración no necesita ser mayor de
cuatro días.
Sin embargo,
siempre que la condición de la cerda sea adecuada, se aconseja
un período más largo. Siempre que sea práctico, use una dieta
de lactancia que tenga niveles más elevados de ácidos grasos
esenciales y vitaminas que son típicos en la dieta habitual
para cerdas secas.
2. Disminución
de enfermedades y estrés. Los embriones son vulnerables a
enfermedades y a los efectos secundarios de infecciones, o a
todo lo que produzca un aumento de la temperatura corporal. El
parvovirus porcino tiene predilección por los tejidos en rápido
desarrollo del embrión, por lo que es importante asegurarse de
que las cerdas estén adecuadamente protegidas con vacunas por
lo menos dos semanas antes de ser servidas.
También ayudará
en la sobrevivencia del embrión minimizar el estrés, no
mezclando grupos de cerdas, especialmente cerca del momento de
la implantación. Es mejor mezclarlas una o cuatro semanas después
del servicio. También tiene importancia la técnica que se use
para efectuar el mezclado.
3. Refuerce la
alimentación antes del parto. Durante las últimas 2 a 3
semanas de preñez se recomienda aumentar la alimentación en 3
a 4 kg/día, preferiblemente con una dieta de lactancia. Esto
ayuda al acelerado crecimiento fetal y también refuerza las
reservas de energía del lechón, con lo que se mejora su
supervivencia.
El Parto
El refuerzo de la
alimentación previene que la cerda utilice sus reservas
corporales para impulsar el crecimiento fetal. La catabolización
de las reservas maternas al final de la preñez puede a veces
continuarse durante la lactancia, lo que es indeseable. El nivel
de alimentación debe reducirse a 2-2,5 kg/día dos días antes
del parto, para prevenir que se inflame la ubre y minimizar los
problemas durante el parto.
Cuando los
lechones, aún nonatos, comienzan a no tener suficiente espacio
en la cavidad uterina, se produce estrés, lo que ocasiona a su
vez un brote de la hormona adrenocorticotrópica fetal, que
estimula la producción de corticosteroide.
Esta última
hormona produce un rápido aumento de prostaglandina uterina,
que viaja, vía sanguínea, hasta el ovario, causando la regresión
del cuerpo lúteo y caen los niveles de progesterona. Este
complejo proceso hormonal tiene lugar 4 ó 5 días antes del
parto.
Mientras tanto,
el aumento de estrógeno de la placenta produce el
comportamiento maternal, como la construcción del nido, que es
esencial para las cerdas que paren al aire libre. También
prepara los músculos del útero para las contracciones que
realizará durante el parto.
La hormona
relaxina controla la dilatación del cérvix y la prolactina
inicia el estímulo para la producción de leche.
Una vez que
comienza el parto, la oxitocina, segregada por la pituitaria en
la base del cerebro, hace que se contraigan los músculos
uterinos y abdominales, para que vayan naciendo los lechones uno
por uno. El intervalo entre ellos es variable (Tabla 1).
Generalmente cuánto
más corta sea la duración del parto menor será la incidencia
de nacidos muertos. English (1983) encontró que el 85% de los
lechones nacidos muertos estaban vivos al comenzar el parto
Implicaciones
prácticas
1. Maximización del número
de lechones nacidos vivos. Si se traslada a las cerdas a la
zona de partos 57 días antes de parir, ellas pueden adaptarse.
La familiarización con las rutinas diarias reduce el estrés,
lo mismo que con el material de cama si está al aire libre y si
paren en galpones, con las dimensiones apropiadas de las jaulas
paritorio.
Son deseables
tranquilidad, luces tenues y familiaridad con el personal,
porque el estres en el parto produce la secreción de la hormona
adrenalina que inhibe la oxitocina, prolonga el proceso del
parto y aumenta los riesgos de nacidos muertos.
Si se evita el
estreñimiento de la cerda se facilita la expulsión de los
lechones, se disminuye la cantidad de nacidos muertos y los
problemas con mastitis, metritis y agalactia (MMA). Las cerdas
muy gordas o que están estresadas por calor, se agotan rápidamente,
lo que aumenta la incidencia de nacidos muertos.
También se puede
reducir esta incidencia de nacidos muertos eliminando las cerdas
más viejas, generalmente después de la 6ta. camada, y las que
tienen un historial de dificultades en el parto.
2. Asistencia durante el parto.
El parto es un proceso natural y la cerda debe llevarlo a cabo
sin intervención; pero las condiciones impuestas por la economía
dictan que todo lechón que nace debe ser criado, y que todo
desperdicio natural es un lujo que no nos podemos permitir.
Salvar a los lechones que se perderían durante el parto, o a
consecuencia de eventos posteriores a éste, es una recompensa.
La simple
presencia durante el parto para liberar ocasionalmente de la
placenta a algún lechón, ayudar a los más débiles a obtener
un buen consumo de calostro que le suministra energía vital e
inmunidad a través de anticuerpos, organizar los turnos para
mamar y decidir cuando algún lechón debe ser alimentado con
sonda, forma parte de la "mística" de tener un buen
personal.
Simplemente con
anotar la hora en que nace cada lechón, con una tiza en un
pizarrón al lado de la jaula permite tomar la decisión
correcta de realizar o no un examen interno y si se tiene que
ayudar a extraer los lechones.
Como regla
general, si la cerda se está esforzando y el lechón no ha
nacido en 30 minutos, es recomendable intervenir directamente y
cuanto antes. Una inyección intramuscular de oxitocina puede
ayudar al parto, especialmente si la cerda ha dejado de
esforzarse.
Pero es
importante, antes de usar la oxitocina inyectable, comprobar si
el canal de nacimiento no esta bloqueado. Se pueden usar pequeñas
dosis, con cuidado, a intervalos de 20 a 30 minutos. La
experiencia ha demostrado que la oxitocina, utilizada al final
del parto, puede ser de gran ayuda para reducir la incidencia de
nacidos muertos en los últimos lechones por nacer.
3. Partos inducidos. El
parto puede inducirse, bajo la dirección de un veterinario, con
prostaglandinas sintéticas; con esto se logra una supervisión
costo-eficiente, dando la oportunidad de reducir el número de
nacidos muertos y mejorar la sobrevivencia de los lechones.
Es necesario
saber la gestación promedio de las cerdas del rebaño y no se
deben inducir antes de dos días de la fecha prevista. Si no se
hace así, se corre el riesgo de que nazcan lechones débiles y
que aumente la mortalidad predestete. La mayoría de las cerdas
paren dentro de las 20-30 horas de la inyección.
En consecuencia,
una inyección de prostaglandina a medio día del día 113 ó
114 de preñez sincronizará a la mayoría de las cerdas para
parir al día siguiente, lo que evita sobretiempo nocturno y
partos durante el fin de semana, cuando hay menos trabajadores
disponibles.
Para conseguir
todos los beneficios de la inducción, todos los partos deben
ser supervisados por personal entrenado.
Lactancia
Varias hormonas,
incluyendo prolactina, insulina, adrenocorticotrópica fetal,
estrógeno y progesterona, se combinan para estimular la
producción de leche. La leche se puede suprimir fácilmente
durante el parto, principalmente debido a la acción de la
oxitocina, presente en ese momento. Después, ocurre la baja de
la leche sólo durante 20 a 30 segundos, en respuesta directa al
estímulo de los lechones. La succión y bajada de la leche
ocurre aproximadamente a intervalos de una hora, 20 a 24 veces
al día, aunque es menos frecuente después de las cuatro
semanas de edad.
Implicaciones
prácticas
1. El calostro
destinado a alimentar con sonda a los lechones pequeños se
puede ordeñar fácilmente mientras la cerda está pariendo.
2. Las cerdas
estresadas por otras cerdas o por sus propios lechones tendrán
una liberación de oxitocina desuniforme, reduciendo la bajada
de la leche, y tendencia a secado prematuro.
3. Las cerdas,
especialmente si cuando liberan leche al amamantar tienen ubres
inflamadas, se les puede aplicar una inyección intramuscular de
oxitocina. Lo mismo las cerdas que han recibido lechones
adoptados.
Los lechones
reciben de las cerdas una leche que es un alimento altamente
digestible, en pequeñas cantidades, repetidas muchas veces.
Esto contrasta con la situación posterior al destete, cuando el
alimento es a voluntad y no existe estímulo directo para
comer.
Esta es una de
las principales razones de que las tasas de crecimiento
post-destete sean tan bajas comparadas con las predestete.
Apuntes del
Congreso realizado en la UNRC