Estrés
ambiental
Los productores
de cerdo tienen la tendencia de asumir que si ellos están cómodos
dentro de un galpón, los cerdos también. Pero, necesariamente
no es así. Los animales tienen necesidades específicas y pasan
el tiempo en una zona del galpón completamente diferente a la
que ocupan sus cuidadores.
Las granjas
porcinas deben ser manejadas de acuerdo a la perspectiva de los
cerdos. Presentamos algunas de los aspectos que deberían
tenerse en cuenta para proporcionar un ambiente tan anti-estrés
como sea posible a los cerdos de todas las edades.
Los cerdos
reaccionan al estrés
Como la mayoría
de los animales, los cerdos tienen la capacidad de responder rápidamente
al estrés ambiental. Aunque no siempre pueden hacer cambios
profundos en su microambiente, pueden modificar su entorno valiéndose
de algunas reacciones corporales. Desafortunadamente, las
respuestas al estrés ambiental pueden ser negativas para el
rendimiento.
El crecimiento y
la eficiencia reproductiva pueden verse afectadas directamente.
Los cerdos bajo estrés desperdician nutrientes. Un estrés
excesivo puede perjudicar además su resistencia a las
enfermedades. Aunque tal vez no llegue a aumentar la mortalidad,
el estrés ambiental puede aumentar los días a mercado y
producir lotes disparejos.
Según el Dr.
Stanley Curtis, de la Universidad de Pensilvania, la reacción
inicial del cerdo al estrés es involuntaria. La glándula
adrenal aumenta su secreción de glucocorticoides. Una alta
concentración de estas hormonas ayuda al animal a sobrevivir
breves períodos de estrés. Pero, los glucocorticoides también
movilizan aminoácidos de las proteínas musculares e
interfieren con algunos mecanismos del sistema inmunitario.
Evalúe el microambiente de
los cerdos
El ambiente en el
que se espera que vivan y se desarrollen los cerdos es realmente
una combinación de muchos factores ambientales que interactúan
entre sí. Es por esto que es difícil identificar exactamente
cuáles son las condiciones externas que hacen que los animales
rindan poco y, por eso, habrá que considerar todos los factores
del entorno. Como algunos de ellos no pueden medirse fácilmente,
la única forma de encontrar la solución es probando y
probando.
Es importante
obtener lecturas de los factores ambientales de todo el galpón.
Si los animales que ocupan un corral en particular están mejor
o peor que los que ocupan otro en otras partes del galpón, hay
que estudiar cuidadosamente el microambiente en esos corrales.
Tal vez se pueda aprender algo que permita mejorar los
microclimas de todo el galpón.
También hay que
tener en cuenta los cambios que se producen con las horas del día
o las épocas del año cuando se evalúa el ambiente dentro del
galpón. Cuando hace mucho calor durante el día y frío en la
noche, se puede producir un fuerte estrés ambiental en los
cerdos si no se maneja correctamente el clima dentro de las
instalaciones. Verifique la temperatura, el movimiento del aire
y la humedad a diferentes horas del día.
Los cambios
ambientales rápidos producen el mayor estrés. Por ejemplo, si
se van a trasladar los cerdos de un galpón con temperatura
controlada a una unidad abierta, puede ser una buena idea pre-aclimatarlos
bajando la temperatura, unos cuantos grados cada día, antes de
hacer el traslado. Naturalmente, este tipo de pre-aclimatación
requiere que se esté usando el sistema de producción todo
dentro/todo fuera.
Cómo afecta a los cerdos la
calidad del aire
Los cerdos que
han sido criados en instalaciones con ambiente controlado no
tienen otra opción que respirar el aire que hay en su
microambiente. Los productores y sus trabajadores pueden llevar
equipos protectores y pasar gran parte de su tiempo fuera del
galpón. Como el sistema respiratorio del cerdo está en
contacto constante con el aire del galpón, los contaminantes
pueden ocasionarles problemas.
La mayoría de
los contaminantes que se encuentran en las granjas porcinas son
producidos por los mismos cerdos. La mayor preocupación son los
microbios, el polvo y los gases. Aunque algunos estudios
sugieren que los cerdos toleran bastante bien la mala calidad
del aire, se ha visto que estos contaminantes alteran
directamente sus reacciones metabólicas o afectan
indirectamente su salud.
La concentración
de bacterias en el aire del galpón puede ser extremadamente
alta. Durante épocas de calor, cuando hay que mover rápidamente
el aire para controlar la temperatura, es común tener cuentas
bacterianas de 500/pie3. Sin embargo, esta cuenta bacteriana
puede llegar a 10.000/pie3 en épocas más frescas. En galpones
abiertos las cuentas bacterianas pueden llegar a 5.000/pie3, a
pesar de que el aire fresco no contenga más de 10
bacterias/pie3.
El sistema
respiratorio del cerdo puede eliminar normalmente las bacterias
que respira y mantener sus pulmones relativamente estériles.
Sin embargo, la exposición a otras formas de estrés ambiental
pueden deprimir este proceso y dejar a los cerdos predispuestos
a infecciones respiratorias.
El polvo que hay
en las granjas es más un problema para los trabajadores que
para los mismos cerdos. Incluso, en altas concentraciones, las
investigaciones han demostrado que el polvo tiene muy poca
influencia directa sobre el rendimiento de los cerdos.
Los dos gases más
importantes que se encuentran comúnmente en las instalaciones
porcinas y que pueden influir sobre la salud de los cerdos, son
el sulfuro de hidrógeno y el amoníaco. Con niveles aceptables,
los cerdos normalmente toleran bien el sulfuro de hidrógeno,
pero el gas puede ser letal, tanto para los cerdos como para los
humanos cuando sobrepasa de 1.000 ppm.
Concentraciones tan elevadas no ocurren normalmente a no ser que
se esté agitando la fosa, pero la presencia del sulfuro de hidrógeno
puede ser un aviso de que existe una situación potencialmente
peligrosa.
El amoníaco está
presente en todas las operaciones porcinas. Las concentraciones
pueden llegar a ser tan altas como 100 ppm. Cuando llegan a 50
ppm, el amoníaco puede comenzar a reducir la habilidad de los
lechones para eliminar las bacterias de sus pulmones. Si las
concentraciones sobrepasan 75 ppm deprimen la rata de
crecimiento de los lechones saludables.
Existen dos
formas de controlar la contaminación del aire de las granjas
porcinas: La prevención y la dilución. El manejo de los
desperdicios y la higiene son el corazón de cualquier programa
diseñado para prevenir la contaminación del aire. También es
indispensable un buen sistema de distribución de los alimentos
cuando se intenta mejorar la calidad del aire dentro de las
instalaciones porcinas.
La mejor forma de
eliminar los contaminantes es a través de la ventilación. Cada
galpón tiene una tasa de intercambio de aire que eliminará
todos los agentes infecciosos. Que esta tasa se pueda lograr
económicamente es otra cosa.
Una manera de
tratar de diluir los contaminantes, sin necesidad de mover
enormes cantidades de aire por todo el galpón, es tener los
techos bastante altos, de manera que haya más cantidad de aire
para mezclar con los contaminantes.
Las bacterias y
los virus transportados por el aire mueren más rápidamente
cuando las temperaturas son altas. La luz solar también mata
microbios. Desafortunadamente, incluso en galpones abiertos,
muchos microbios quedan protegidos de los rayos ultravioleta de
la luz solar.
Apuntes del
Congreso realizado en la UNRC