Metabolismo
de Proteínas en las Vacas Lecheras
Introducción
Las proteínas proveen los aminoácidos
requeridos para el mantenimiento de las funciones vitales tales
como reproducción, crecimiento y lactancia. Los animales
no-rumiantes necesitan aminoácidos pre-formados en su dieta,
pero los rumiantes pueden utilizar otras fuentes de nitrógeno
porque tienen la habilidad especial de sintetizar aminoácidos y
de formar proteína desde nitrógeno no-proteína.
Esta habilidad depende de los
microorganismos en el rumen. Además los rumiantes posean un
mecanismo para ahorrar nitrógeno. Cuando el contenido de nitrógeno
en la dieta es baja, la urea, un producto final del metabolismo
de proteína en el cuerpo puede ser reciclado al rumen en
cantidades grandes. En los no-rumiantes, la urea siempre se
pierde en la orina.
Considerando estas adaptaciones
del metabolismo de nitrógeno, es posible alimentar vacas con
fuentes de nitrógeno no de proteína y obtener una producción
de 580 gr. de proteína de leche de alta calidad y 4000 kg. de
leche en la lactancia.
Transformación de proteína en
el rumen
Los proteínas de los alimentos son
degradados por los microorganismos del rumen vía aminoácidos
para formar amoniaco y ácidos orgánicos (ácidos grasas con
cadenas múltiples).
El amoniaco también viene de las
fuentes de nitrógeno no-proteico en los alimentos y de la urea
reciclada de la saliva y a través de la pared del rumen.
Niveles demasiado bajos de amoniaco causan un escasez de nitrógeno
para las bacteria y reduce la digestibilidad de los
alimentos.
Demasiado amoniaco en el rumen produce una pérdida de peso,
toxicidad por amoniaco y en casos extremos, muerte del animal.
El amoniaco es utilizado para el crecimiento de la población de
bacteria. El nivel de utilización de amoniaco para sintetizar
proteína microbiana depende principalmente de la disponibilidad
de energía generada por la fermentación de
carbohidratos.
En promedio, 20 gr. de proteína
bacteriana es sintetizada de 100 gr materia orgánica fermentada
en el rumen. La síntesis de proteína bacteriana puede variar
entre 400 gr/día a aproximadamente 1500 gr/día según la
digestibilidad de la dieta. El porcentaje de proteína en
bacteria varia entre 38 y 55%.
En general, las bacterias del
rumen contienen más proteína cuando las vacas consumen más
alimentos y las bacterias, pegadas a partículas de alimentos,
pasan más rápidamente del rumen al abomaso.
Usualmente una porción de proteína
de la dieta resiste la degradación en el rumen y pase sin
degradación al intestino delgado. La resistencia a la degradación
en el rumen varia considerablemente entre fuentes de proteína y
esta afectada por varias factores. Usualmente las proteínas en
un forraje son degradadas a un mayor nivel (60-80%) que las
proteínas en concentrados o subproductos industriales (30-60%).
Una porción de proteína
bacteriana es destruida dentro el rumen, pero la mayoría entra
el abomaso pegada a las partículas de alimentos. Los ácidos
fuertes secretados en el abomaso paran toda actividad microbiana
y las enzimas digestivas comienzan a separar las proteínas para
formar aminoácidos.
Aproximadamente 60% de los aminoácidos
absorbidas en el intestino delgado son derivadas de proteína
bacteriana, y el 40% restante es de proteína no degradada en el
rumen.
La composición de los aminoácidos
en la proteína bacteriana es relativamente constante, respecto
de la composición de la proteína en la dieta. Todos los aminoácidos,
incluyendo los esenciales, están presentes en la proteína
bacteriana en una proporción que aproxima a las proporciones de
aminoácidos requeridos por la glándula mamaria para el síntesis
de leche.
Así la conversión de proteína
de los alimentos a proteína bacteriana es usualmente un proceso
beneficioso. La excepción es cuando se alimenta con proteína
de alta calidad y el amoniaco producido en el rumen no puede ser
utilizada debido a una falta de energía fermentable.
Proteína en las heces
Casi 80% de la proteína que alcanza
el intestino delgado es digerido, el resto pasa a los heces.
Otra fuente importante de nitrógeno en las heces son las
enzimas digestivas secretadas en el intestino y el reemplazo rápido
de las células del intestino (proteína metabólica de las
heces).
En promedio, por cada incremento
de 1kg de materia seca ingerida por la vaca, hay un aumento de
33g de proteína corporal perdido en el intestino y eliminado en
las heces.
Las heces de rumiantes son un buen fertilizante porque son ricas
en materia orgánica y especialmente ricas en nitrógeno
(12.2-2.6% de nitrógeno o equivalente a 14-16% proteína cruda)
comparado con las heces de animales no-rumiantes.
Metabolismo en el higado y
reciclaje de urea
Cuando hay una falta de energía
fermentable o cuando la proteína cruda en la dieta es excesivo,
no todo el amoniaco producido en el rumen puede ser convertido a
proteína microbiana.
Un exceso de amoniaco pasa el pared del rumen y esta
transportada al hígado. El hígado convierte el amoniaco a urea
que está liberada en la sangre. La urea en la sangre puede
seguir uno de dos caminos:
* 1) volver al rumen vía saliva o a través de la pared del
rumen.
* 2) Excreción en la orina por los riñones.
Cuando la urea vuelva al rumen
esta reconvertida a amoniaco y puede servir como una fuente de
nitrógeno para el crecimiento bacteriana. La urea excretada en
la orina esta perdida la animal.
Cuando las raciones son bajas en
proteína cruda, la mayoría de urea esta reciclada y poco se
pierde en la orina. Sin embargo, mientras se incrementa la proteína
cruda en la ración, menos urea esta reciclada y más esta
excretada en la orina.
Sintesis de proteína en la
leche
Durante la lactancia, la glándula
mamaria tiene una alta prioridad para utilizar aminoácidos. El
metabolismo de aminoácidos en la glándula mamaria es sumamente
complejo.
Aminoácidos pueden ser
convertido a otros aminoácidos o oxidado para producir energía.
La mayoría de los aminoácidos absorbidos por la glándula
mamaria es utilizada para sintetizar proteínas de leche.
La leche contiene aproximadamente
30g de proteína por kg., pero hay diferencias importantes entre
razas y dentro de la misma raza de vacas. La proteína principal
en la leche es la caseína y esta forma 90% de la proteína en
la leche. Las caseínas contribuyen alto valor nutritivo de
muchos productos lácteos.
Las proteínas de suero de leche
también son sintetizados de aminoácidos en la glándula
mamaria. [[alpha]]-Lactalbumina es un enzima que tiene funciones
en el síntesis de lactosa, y es importante en la formación de
cuajadas en el proceso de hacer quesos. Algunas proteínas
encontradas en la leche (inmunoglobulinas) juegan un papel en
transmitir resistencia a enfermedades al ternero recién nacido.
Las inmunoglobulinas son
absorbidas directamente de la sangre y no sintetizada dentro la
glándula mamaria y así su concentración en el calostro no es
alto. La leche contiene complejos de nitrógeno no-proteína en
cantidades muy pequeñas (por ejemplo urea: 0.08 g/kg.).
Proteína y nitrógeno no
proteico en la ración de las vacas lecheras
Las recomendaciones para la
concentración de proteína cruda en las raciones de vacas
lecheras varían entre 12% para una vaca seca hasta 18% para una
vaca en la primera parte de lactancia. Si la dieta de vacas que
producen 20 a 25 kg. de leche contienen aproximadamente 16% de
proteína cruda, la mayoría de forrajes y concentrados tienen
proteína adecuada.
Sin embargo, si la producción de
leche aumenta, el de proteína bacteriana en el rumen puede
resultar insuficiente y fuentes de proteína resistentes a
degradación ruminal pueden ser necesarias para proveer la
cantidad requerida de aminoácidos. Fuentes típicos de proteína
resistente a degradación microbiana incluyen granos y proteínas
de origen animal (subproductos de mataderos, harina de plumas y
pescado).
Por otro lado el nitrógeno
no-proteico pueden ser especialmente utilizados cuando la ración
contiene menos de 12-13% de proteína cruda. La urea es
probablemente la fuente más popular de nitrógeno no-proteico
en las raciones lecheras.
Sin embargo debe ser utilizado
con cautela porque en exceso lleva rápidamente a intoxicación
con amoniaco. Los alimentos que son más exitosamente
suplementados con urea son altos en energía, bajo en proteína
y bajos en fuentes naturales de nitrógeno no-proteína.
Una lista parcial de tales
alimentos incluyen granos de cereales, melaza, pulpa de
remolacha azucarera, heno de pasto maduro, y ensilaje de maíz.
La urea no debe ser utilizada para suplementar alimentos ricos
en nitrógeno altamente disponible.
Tales alimentos incluyen harinas
de semillas oleaginosas (soja) forrajes de leguminosas y gramíneas
jovenes. Además la urea debe ser limitada a no más de 150-200
g/vaca/día, bien mezclada con otros alimentos para mejorar la
palatabilidad y agregada progresivamente a la ración para
permitir la vaca a adaptarse.
Nutrición animal